Hotel de estilo rural muy bien conservado, situado a la entrada del pueblo. Cuenta con instalaciones suficientes para un par de días de relax y tranquilidad. Nuestra habitacion correcta, muy limpia, con baño reformado y un colchón de muy buena calidad. Precio algo elevado en verano pero que se reduce a la mitad el resto del año, imagino que salvo fechas concretas. Especial mención a la atención del personal, inmejorable desde la recepción hasta el restaurante (gracias Juanma). Nos sorprendió muy gratamente la carta, amplia, precios correctos, con productos de calidad y cantidades generosas. Muy buenas la trucha, el solomillo de ternera, las almejas y, en general, todo lo que probamos. El comedor y la terraza tienen unas vistas al pueblo y la sierra que resultan muy relajantes. La piscina cuenta con tumbonas suficientes pero algo escasa de sombra. En definitiva, para un par de días que estuvimos la impresión fue bastante buena. Apostamos por volver en otoño-invierno.
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