Albergo San Lorenzo

Ottimo per svariati motivi: - Parcheggio gratuito in strada - Vicinanza al centro storico - Struttura ben tenuta - Tutto pulitissimo - Camera grande e bella finestrata - Materasso super comodo - Tutti i comfort a servizio - Colazione a buffet dolce e salato - Personale gentilissimo e accogliente - Consigli e suggerimenti validi - Rapporto qualità/prezzo ottimale Quando tornerò a Grosseto, prenoterò nuovamente in questa struttura!

Llegamos a las 11 de la noche y la persona que nos atendió no sabía hacer un check in, así que nos pidió que dejáramos allí los documentos personales hasta el día siguiente. Le explicamos educadamente que preferíamos no dejarlos y que por favor hiciera una fotocopia. Él, aunque molesto y de malas maneras, así lo hico. Cuando llegamos a la habitación vimos que a 6 metros de muestra ventana había un camión grúa de más de 20 metros de alto y 30 de largo, así que bajé a recepción para preguntar a qué hora empezaban las obras por la mañana. "A las 7 de la mañana", me dijo. Le pedí que nos cambiara de habitación y muy alterado llamo por tf a su responsable para decirle literalmente "tenemos un problema, hay una señora que se queja de todo. 1° no me ha querido dejar los documentos y ahora dice que hay hay una grúa delante de su habitación. Yo no sé qué hacer con ella. No puedo más!!" Me ha pasado el teléfono y su responsable me ha dicho que podíamos cambiarnos a una habitación con otra orientación y en otro piso. Al colgar se lo he dicho al recepcionista y me ha contestado "absolutamente no!. Ya ha oído a mi jefa, o la habitación que tienen o se van! Además me tienen me deja los documentos o pagar ahora mismo." Hemos pagado y nos hemos ido a dormir con los ojos como platos... por no discutir con una persona que entendimos, no estaba capacitada para tener una conversación "normal". En la habitación 30° de temperatura, mucho ruido durante la noche, nos hemos quedado dormido de puro agotamiento hacia las 2 de la mañana... La típica pesadilla de elegir entre "ventana abierta, con ruido o aire acondicionado congelados". A las 7:30 de la mañana grúa en marcha, con pisos, motor, con obreros a grito pelado, movimiento de materiales... con ventana de los años 60 cerrada con la misma insonorización que un papel de fumar. Por el resto, sábanas de cartón que unidas al calor, han sido una pesadilla, decoración setentera hortera, desayuno justito. Lo bueno: el café era de máquina (pero esto es de rigor en toda Italia), estaba muy limpio, el baño era nuevo y salía el agua muy bien. Las antípodas de lo acogedor. Sobretodo el trato ha sido MUY DESAGRADABLE. Continuamos nuestras vacaciones agotados, deseando echarnos la siesta.